23 de diciembre de 2025
23 de diciembre de 2025
PROTOGONISTA
El Consejo, diseñado por Sergio Guerrero y Eduardo Ureña, nace del reto de unir dos mecánicas populares que rara vez coinciden en un mismo juego: roles ocultos y control de zonas. La propuesta sitúa a quienes participan en el papel de integrantes del Consejo de La Orden, un gobierno dictatorial que domina una ciudad «utópica». El conflicto estalla cuando en sus filas se infiltran revolucionarios decididos a cambiar el régimen, y quizás incluso un anarquista, cuyo único propósito es sumirlo todo en el caos.
La tensión entre las facciones atraviesa toda la partida. Mientras la Orden y la Revolución luchan por controlar distritos mediante la colocación estratégica de fichas de influencia, el anarquista actúa desde las sombras intentando colocar fichas de bomba que puedan desestabilizar por completo el tablero. De esta forma, cada acción es clave, ya sea eligiendo al capitán de operaciones e integrantes de misión, votando de forma colectiva, colocando fichas en secreto u observando reacciones. En palabras de sus creadores, es un juego «que se mueve entre la tensión y las risas», donde la interacción y la sospecha son constantes.
Evolución dinámica del mapa
Una de las claves de El Consejo es la evolución dinámica del mapa. Cada decisión modifica el equilibrio entre facciones y obliga a adaptarse. Esta sensación de estar moldeando una ciudad viva se ve reforzada por los múltiples elementos incluidos en el prototipo, que cuenta con más de 90 fichas de influencia, cartas de caos, fichas de detonante y una estructura de turnos donde cada persona asume distintas tareas según la misión asignada, pero siempre trabajando en secreto para que gane el bando del rol que le ha tocado.
Tal como cuentan los autores, todo empezó con una idea en clase sobre diseño de juegos de mesa: «Unir dos mecánicas de gran éxito que sea poco habitual verlas en un mismo juego». Sergio, aficionado a los juegos de roles ocultos, encontró en el reto una oportunidad para explorar una idea propia; mientras que Edu, que apenas conocía esa mecánica, se unió motivado por el desafío y terminó descubriendo un interés genuino en el género. El resultado fue una colaboración en la que ambos aprendieron y desarrollaron una propuesta sólida que ha ido madurando con pruebas y ajustes continuos.
A día de hoy, El Consejo todavía no ha sido presentado a ninguna editorial. Según explican, están centrados en pulir los últimos detalles antes de iniciar la búsqueda de una colaboración que les permita llevar el proyecto más allá del prototipo. «Muy pronto iniciaremos el proceso de búsqueda de la editorial adecuada, aquella que pueda interesarse en el proyecto y acompañarnos en su desarrollo», afirman. Aunque no descartan el crowdfunding como vía alternativa, su prioridad es encontrar una editorial que comprenda el potencial del juego y contribuya a desarrollarlo plenamente. «Si vemos que hay apoyo por parte de quienes juegan al prototipo, nos replantearemos el crowdfunding».
El objetivo es llegar a un público que disfrute de los juegos de roles ocultos, pero también de deducción, tensión social y estrategia territorial. Confían en que El Consejo, con su diseño asimétrico, su rejugabilidad elevada y su ritmo tenso, pueda ocupar un lugar destacado entre quienes buscan experiencias intensas en grupo. «Esperamos encontrar una editorial que se entusiasme con la propuesta y nos ayude a llevar El Consejo al gran público», concluyen.