5 de febrero de 2025
5 de febrero de 2025
Crear un juego de construcción de mazos (deckbuilding) en un género tan establecido es un reto importante. En un reciente artículo publicado en Board Game Geek, John D. Clair, el autor de Mistborn: The Deckbuilding Game, nos invita a conocer los desafíos, inspiraciones y decisiones detrás de su diseño, explicando cómo logró captar la esencia del mundo literario de Mistborn sin dejar de ofrecer una experiencia de juego fresca e innovadora.
Clair reconoce desde el principio que su diseño se apoya en grandes referentes del pasado. Donald X. Vaccarino y su clásico Dominion sentaron las bases del género, mientras que juegos como Ascension y Shards of Infinity aportaron innovaciones que fueron clave para su propio trabajo. También menciona a Richard Garfield y su influyente King of Tokyo, que le sirvió como inspiración para resolver el eterno problema de la elección de objetivos en los juegos de combate multijugador.
Sin embargo, Clair no sólo se inspira en mecánicas previas, sino que también atribuye gran parte de la identidad del juego a la obra del escritor estadounidense Brandon Sanderson, creador de la saga literaria Mistborn. El autor del juego de mesa destaca que el sistema de magia del universo Mistborn, donde los personajes «queman» metales específicos para obtener poderes, fue el núcleo sobre el que construyó toda la experiencia.
El dilema del «valor añadido»
Uno de los puntos más interesantes del artículo es cómo Clair aborda la idea del «valor añadido» en el diseño de juegos. Desde el inicio, se planteó si el juego justificaba su existencia en un mercado lleno de títulos de construcción de mazos. Para él, la respuesta estaba en encontrar una mecánica central que encajara temáticamente, y que ofreciera algo nuevo. Aquí es donde entra en juego el sistema de monedas metálicas, una solución que permite a las personas participantes gestionar los recursos (los distintos metales) de forma sencilla y visual, eliminando la necesidad de tokens complejos o sistemas engorrosos.
Cada participante cuenta con monedas que representan los metales y decide cuándo «encenderlas» o «apagarlas» para activar sus habilidades. Esta decisión estratégica, basada en gestionar adecuadamente los recursos sin agotarlos, es una de las principales fuentes de tensión en el juego.
Otro aspecto clave del diseño fue la integración del combate y las misiones como formas paralelas de victoria. Inicialmente, Clair intentó vincular ambos sistemas, pero tras varias pruebas y el feedback del equipo de Brotherwise Games, la editorial que publica el juego, se optó por separar los caminos de victoria. Las misiones permiten obtener puntos progresivamente, mientras que el combate sirve tanto para eliminar amenazas como para ralentizar el progreso de los oponentes.
Sin embargo, este enfoque trajo consigo el clásico problema de los juegos de combate multijugador: a quién atacar. Clair explica cómo se inspiró en King of Tokyo para desarrollar un sistema de objetivos que minimiza las decisiones arbitrarias y evita que una persona se sienta atacada injustamente.
El modo solitario y el equilibrio
Clair también menciona el desarrollo del modo solitario y cooperativo, una parte del proyecto que, según él, ha sido recibida con críticas mixtas. Aunque el grado de dificultad es considerado alto, cree que esto se puede ajustar en futuras expansiones, ofreciendo más variedad y opciones de escalado para diferentes niveles de experiencia.
Finalmente, uno de los mayores logros de Mistborn: The Deckbuilding Game es cómo consigue integrar el tema del mundo de Sanderson en sus mecánicas. Las decisiones estratégicas, el uso limitado de recursos y las tensiones en combate reflejan los dilemas que enfrentan los personajes de los libros. Según Clair, esta integración no sólo busca atraer a los fans de Mistborn, sino también introducir el universo literario a quienes aún no lo conocen.
Conclusión
El artículo de Clair es un testimonio de cómo el diseño de juegos puede equilibrar la innovación y el respeto por las mecánicas tradicionales. Lejos de reinventar el género, Mistborn: The Deckbuilding Game aporta valor mediante su sistema temático de gestión de recursos y su integración con el universo literario. Este enfoque demuestra que, a veces, lo más innovador es saber cuándo apoyarse en lo conocido y cuándo arriesgarse a crear algo nuevo.