16 de abril de 2025
16 de abril de 2025
En estas semanas Draco Ideas pone en el mercado dos nuevos títulos que exploran formas muy diferentes de entender el control territorial y la estrategia. Por un lado, Batallas Napoleónicas en la Península, un juego en solitario de Mike Lambo ambientado en la Guerra de Independencia. Por otro, Dominance, de Michele Quondam, una propuesta multijugador con mecánicas de mayorías en escenarios históricos cambiantes.
Batallas Napoleónicas en la Península propone revivir algunos de los enfrentamientos más emblemáticos del conflicto hispano-francés en un formato completamente en solitario. Con 20 escenarios distintos, quienes juegan toman el control de tropas aliadas —españolas, británicas o portuguesas— o del ejército francés, enfrentándose a una inteligencia artificial ágil y con despliegue automatizado. Cada batalla incluye un mapa con rejilla hexagonal, instrucciones de colocación y reglas específicas de comportamiento para las unidades de la IA.
A lo largo de los escenarios se gestionan unidades de infantería, caballería, artillería y comandancia, todas con valores de combate diferenciados. La resolución de combates depende del tipo de unidad, su objetivo, el terreno en el que se encuentra y una sencilla mecánica de línea de visión. El objetivo puede ser eliminar a todas las unidades enemigas o cumplir una condición táctica específica. El juego recrea con fluidez el control militar sobre el campo de batalla, ofreciendo una experiencia táctica completa en partidas contenidas.
1 persona / +10 años / 35 minutos / 28,95€
Por otro lado, en Dominance el enfoque es muy distinto: nos situamos en distintas épocas y regiones —desde las provincias romanas hasta la Inglaterra preindustrial— para representar luchas por el poder entre tres facciones en cada territorio. Cada persona representa un líder de su tiempo y busca posicionarse en el bando vencedor. Pero lo interesante es que no se juega como una facción fija, sino que se puede cambiar de lealtades a lo largo de la partida según convenga.
El tablero se genera con losetas hexagonales que asignan cada territorio a una facción inicial. Mediante acciones como reforzar, mover monedas, disputar territorios o construir edificios se va configurando un mapa dinámico donde las mayorías deciden el control. En los conflictos abiertos, se apuestan monedas en secreto y se revela qué facción domina. Quienes apoyaron esa facción reciben recompensas como nuevas monedas o la posibilidad de construir en territorios clave, aumentando su valor.
El final de la partida llega cuando solamente queda un territorio sin adjudicar. Entonces se suman los puntos de cada facción según los edificios construidos y quien haya acumulado más monedas de la facción ganadora se lleva la victoria. Un juego de ritmo rápido donde la información oculta y los cambios de lealtad marcan cada decisión.
2-4 personas / +12 años / 10-30 minutos