7 de mayo de 2025
7 de mayo de 2025
FICHA
Autoría: Alex Randolph
Ilustraciones: David GJ
Editorial: 2Tomatoes Games
Participantes: 3–5
Edad: +7
Tiempo: 15'
Precio: 17,94€
Complejidad: 1,1 / 5
Introducción
Worm Up! es un juego del legendario diseñador Alex Randolph (1922–2004), una figura clave en la historia de los juegos de mesa modernos. Originalmente lanzado en 1994, este pequeño gran título ha vuelto recientemente a las tiendas gracias a 2Tomatoes Games, en una edición renovada con ilustraciones de David GJ. Randolph, conocido por su enfoque innovador y por sacar el juego de las estructuras tradicionales, aquí propone una carrera de gusanos donde no hay tablero, no hay caminos prefijados y ni siquiera hay un sentido claro de orden. Únicamente pura diversión, intuición y un poquito de «mala leche». Y es que en Worm Up! no sólo hay que correr; sino también estorbar, calcular y adaptarse al caos que se genera cuando todos los gusanos quieren llegar antes que el nuestro... y están dispuestos a hacernos tropezar en el intento.
Cómo se juega
Nos sentamos alrededor de una mesa, o en el suelo o en cualquier otra superficie que queramos, desplegamos nuestros coloridos gusanos compuestos por siete discos de madera y colocamos la línea de salida y de meta. La distancia es decisión nuestra, pero lo recomendado es unos 60 cm.
Cada participante dispone de cinco cartas con valores del 4 al 7 y una especial: la carta X. Estas cartas indican cuántos segmentos moverá nuestro gusano. Pero hay trampa: todos elegimos en secreto una carta y la revelamos a la vez. Si dos o más personas han escogido el mismo número, esos gusanos se quedan clavados en el sitio ese turno. Únicamente se mueven los de quienes eligieron un número único.
Moverse consiste en quitar segmentos de la parte trasera del gusano y colocarlos por delante, uno a uno, y siempre tocando el anterior. Esto permite hacer curvas, rodeos y hasta bloquear a los demás si jugamos con picardía. Pero también hay que planificar, porque no podemos usar en turnos consecutivos la misma carta que jugamos anteriormente, lo que nos obliga a variar la estrategia constantemente.
Por su parte, la carta X introduce un giro adicional: si la jugamos, podemos movernos utilizando el valor de cualquiera de las cartas que no se hayan jugado ese turno por los demás. Además, si usamos esta carta en el modo avanzado, tenemos la opción de girar la meta, algo crucial, ya que solo ganamos si tocamos la meta desde el lado correcto. Este simple gesto puede acercarla o alejarla de nosotros… o de nuestros rivales. El juego continúa con esta mecánica simultánea y caótica hasta que uno de los gusanos logra llegar primero a la meta.
Valoración y conclusión
Worm Up! es un ejemplo perfecto de cómo la sencillez puede ir de la mano de la profundidad. El diseño minimalista se convierte en una ventaja: accesible para niños desde los 6 o 7 años, pero con suficiente interacción y decisiones para divertir a adultos. Es un título que brilla especialmente por su componente de pique y sabotaje, tan propio de las creaciones de Randolph, y que encaja perfectamente con grupos con ganas de reírse y fastidiarse mutuamente.
Su principal virtud es la libertad espacial. No hay tablero, no hay camino predefinido. Creamos el recorrido sobre la marcha y eso obliga a pensar de forma diferente, a romper la rutina del juego reglado. También destaca por lo compacto y transportable de su formato, ideal para llevarlo a cualquier sitio. Además, esta edición de 2Tomatoes Games respeta el espíritu original, con componentes llamativos y una estética muy simpática y muy propia de David GJ.
En cuanto a aspectos menos brillantes, puede «sufrir» si lo jugamos siempre con el mismo grupo. Y es que una vez que se entienden bien las estrategias, puede hacerse predecible.
En definitiva, Worm Up! es una joya del diseño lúdico ligero, un juego de carreras sin pista, de estrategia sin tablero y de diversión sin edad. Con mecánicas sencillas, pero efectivas, y una puesta en escena minimalista, pero ingeniosa, esta reedición demuestra que la genialidad de Randolph sigue hoy tan vigente como hace 30 años. Ideal para sacar entre risas en cualquier sobremesa, sobre todo si hay niños, abuelos o simplemente ganas de pasarlo bien estorbando al prójimo.