17 de junio de 2025
17 de junio de 2025
FICHA
Autoría: El equipo de LittleHouse BoardGames
Ilustraciones: Inspiradas en las viñetas de Ibáñez, homenaje visual al universo de Mortadelo
Editorial: LittleHouse BoardGames (en colaboración con Penguin Random House para la licencia)
Participantes: 2–6
Edad: +8
Tiempo: 15'
Precio (campaña Verkami): 16 € (incluye extras exclusivos y gastos de envío peninsular)
Complejidad: Filler accesible y sencillo
Introducción
Mortadelo Multiverso es un juego de cartas basado en los legendarios personajes creados por Francisco Ibáñez, y que reinterpreta su espíritu humorístico en una fórmula frenética de enfrentamiento directo. El caos comienza cuando un experimento del profesor Bacterio falla estrepitosamente, generando clones de Mortadelo por todo el multiverso. Nuestra misión consiste en convertirnos en uno de estos clones y eliminar al resto a base de mamporros, estrategias absurdas y disfraces imposibles. Además, esta versión cuenta con ilustraciones que rinden homenaje a las viñetas originales.
El juego está ahora en campaña de mecenazgo en Verkami, donde ha tenido una acogida fulgurante: en menos de una hora alcanzó su objetivo de financiación, y ya ha desbloqueado varios extras superando los 20.000 euros de recaudación.
Cómo se juega
La preparación de una partida es sencilla y rápida. Cada persona escoge uno de los múltiples Mortadelos disponibles, todos ellos ilustrados con un disfraz diferente y dotados de una habilidad especial que se activa mediante un icono de rayo. A continuación, recibimos un mazo idéntico de 12 cartas básicas, diferenciadas por colores para facilitar su organización. Paralelamente, se baraja el mazo común de cartas «Mamporro Plus» y se colocan cuatro de ellas bocarriba en el centro de la mesa, disponibles para ser robadas durante el juego.
El corazón del sistema es el duelo por turnos. En su ronda, una persona escoge a otra como objetivo y ambos seleccionan una carta de su mano y la colocan bocabajo. Las cartas tienen dos partes diferenciadas: un símbolo superior que define si es un ataque (puñetazo o patada) o una defensa (frente a cada tipo de ataque), y una parte inferior con efectos que sólo se activan si el ataque tiene éxito. Al revelarlas simultáneamente, se compara el tipo de ataque y defensa: si el ataque no es contrarrestado por una defensa efectiva, se produce un éxito y se aplican los efectos.
Entre los efectos posibles están infligir una herida al oponente (representada con una carta que se coloca bocabajo bajo el Mortadelo dañado), jugar una carta adicional en ese turno (permitiendo combos destructivos), robar una carta del mazo de Mamporro Plus, activar la habilidad especial del Mortadelo o incluso curarse heridas. El sistema recuerda, de forma simplificada, al clásico «piedra–papel–tijera», pero con múltiples capas adicionales de interacción y respuesta en cadena, lo que aporta variedad sin complicar las reglas.
Cada persona mantiene una mano de cinco cartas. Si al final de su turno le quedan menos, repone robando de su mazo. Cuando éste se agota, se baraja el descarte. Un Mortadelo queda eliminado al acumular seis heridas, pero su intervención no termina del todo: cuando otras personas activen efectos de rayo, el Mortadelo eliminado puede también activar su habilidad una vez por ronda, contribuyendo a inclinar la balanza y mantener su presencia en la partida.
Este pequeño giro en la eliminación aporta un dinamismo peculiar y evita que las partidas con más componentes se conviertan en una espera pasiva. A medida que avanza la partida, el ritmo se acelera y los duelos se encadenan en una sucesión rápida de acciones y contraataques, donde la anticipación, el faroleo y la memoria reciente de las cartas jugadas cobran protagonismo.
La partida termina cuando sólo queda un Mortadelo en pie, coronado como salvador –o destructor– del multiverso.
Valoración y conclusión
Mortadelo Multiverso brilla por su ritmo vertiginoso y su clara vocación de juego familiar y desenfadado. En cuanto abrimos la caja nos encontramos con ilustraciones que evocan inmediatamente la estética de los cómics de Ibáñez, y es ese mismo espíritu absurdo el que se traslada al sistema de juego. Las reglas son fáciles de explicar y aprender, lo que permite que cualquier persona pueda jugar tras una sola ronda de ejemplo.
Su punto fuerte más evidente es la capacidad para generar momentos de humor e interacción constantes. Las cartas no sólo tienen ilustraciones cómicas, sino que sus efectos potencian el caos: combos explosivos, traiciones repentinas, curaciones milagrosas y ataques de último minuto mantienen a todo el mundo implicado. En partidas a más personas, el sistema permite decidir a quién atacar, lo que introduce una pequeña capa táctica de alianzas temporales o vendettas improvisadas, muy en la línea del tono del juego.
Sin embargo, esta misma naturaleza ligera trae consigo ciertas limitaciones. La principal es su alta dependencia del azar. Aunque existe una pequeña posibilidad de anticipación, muchas veces las rondas se resuelven por pura suerte en la elección simultánea de cartas. Esto puede frustrar a quienes busquen más control o profundidad estratégica. Del mismo modo, aunque la eliminación no es total –gracias a la mecánica del rayo–, el impacto de quienes están fuera es limitado y puede quedarse corto para las personas que prefieren seguir activas en cada ronda.
Aun así, el juego cumple a la perfección su cometido: es un filler accesible, portátil, barato y, sobre todo, divertido. Resulta especialmente recomendable para familias, grupos que busquen un juego de entrada rápida o para nostálgicos de Mortadelo y Filemón que quieran revivir el disparate de los tebeos en forma de cartas.
En definitiva, Mortadelo Multiverso no es un título que pretenda reinventar las mecánicas del género, pero sí uno que sabe exactamente lo que quiere ofrecer: risas, mamporros, caos y recuerdos. Un juego perfecto para abrir o cerrar una sesión, que se disfruta más cuantas más veces se juega, y que sin duda merece un hueco en cualquier ludoteca que valore la ligereza bien entendida.