6 de mayo de 2025
6 de mayo de 2025
FICHA
Autoría: Grégory Grard
Ilustraciones: Simon Douchy y Thiago Del Ponte
Editorial: Maldito Games
Participantes: 2–6
Edad: +7
Tiempo: 10'
Precio: 15€
Complejidad: 1,07 / 5
Introducción
Este 2025 Pistas Cruzadas celebra su quinto aniversario, y lo hace manteniéndose como uno de los grandes títulos del género party. Este juego de palabras cooperativo, cuya llegada al mercado internacional pasó algo desapercibida al principio por culpa de la pandemia, ha demostrado con el tiempo su enorme capacidad para generar risas, ingenio y conexión entre personas.
Diseñado por Grégory Grard y publicado originariamente por Blue Orange, su edición en español llegó un año después de la mano de Maldito Games. Aunque su autor no cuenta con un amplio historial lúdico, esta pequeña joya ha sido capaz de establecerse como una referencia para quienes buscan una experiencia cooperativa de palabras rápida, accesible y, sobre todo, divertida. Como curiosidad, Pistas Cruzadas fue uno de los pocos juegos que logró mantener su popularidad en encuentros virtuales durante el confinamiento, por su adaptabilidad y ritmo ágil.
Cómo se juega
En Pistas Cruzadas no competimos, colaboramos. Nos enfrentamos al reto común de adivinar correctamente la mayor cantidad posible de coordenadas en una cuadrícula de palabras. Esta cuadrícula puede ser de 3x3, 4x4 o 5x5, dependiendo del nivel de dificultad que queramos afrontar. Cada fila está marcada por letras (A, B, C, D o E) y cada columna por números (1, 2, 3, 4 o 5), creando un tablero en el que cada intersección representa un binomio de conceptos.
El despliegue es sencillo: colocamos las cartas de palabra bajo las letras y los números de forma aleatoria, como en la imagen inferior, creando los ejes del tablero. Después barajamos las cartas de coordenadas y repartimos una a cada participante. Cada carta tiene una coordenada que nos indica la intersección concreta entre una fila y una columna.
Nuestro objetivo será dar una única palabra como pista que relacione los dos conceptos de nuestra carta sin que se repita ni comparta raíz con ninguno de los términos. Por ejemplo, si las palabras son «boca» e «ira», podríamos decir «insulto». El resto del grupo debe debatir y decidir qué coordenada creen que es la correcta. Si aciertan, colocamos la carta en su lugar del tablero. Si fallan, la carta se descarta en secreto y se roba otra.
No hay turnos establecidos: cualquiera puede intervenir en cualquier momento, y la comunicación es constante. Se puede usar un reloj de arena para jugar con límite de tiempo, lo que añade presión y dinamismo, sobre todo en las cuadrículas más grandes, donde se permite dar la vuelta al reloj una segunda vez.
La partida concluye cuando se agota el mazo de coordenadas, las cartas en mano o el tiempo. Entonces se cuentan las coordenadas acertadas y se compara el resultado con una tabla para evaluar el desempeño grupal, que va desde la categoría «fracaso» hasta «increíble» según el número de aciertos conseguidos.
Valoración y conclusión
Pistas Cruzadas ha sido comparado frecuentemente con juegos como Código Secreto o Just One, pero consigue diferenciarse gracias a dos elementos fundamentales: su naturaleza colaborativa en tiempo real y la necesidad de pensamiento lateral. Es un juego que genera grandes momentos con pistas que rozan el absurdo o la genialidad, y que refuerza el vínculo entre participantes gracias a la risa y la sorpresa constante.
Entre sus puntos fuertes destaca lo accesible que es, su rapidez, su capacidad de adaptación a grupos grandes o pequeños, y su componente inclusivo, ya que nadie queda fuera de la experiencia que propone. Además, funciona sorprendentemente bien de forma remota, algo que pocos juegos del género logran con naturalidad. Y el hecho de no tener turno hace que la dinámica sea mucho más fluida y participativa, permitiendo que las ideas fluyan sin interrupciones y sin la presión de un orden establecido.
No obstante, el juego no está exento de momentos menos brillantes. En ocasiones, las cartas pueden generar combinaciones de palabras que resultan prácticamente imposibles de relacionar entre sí, lo que puede provocar cierta frustración, especialmente en personas menos dadas a la abstracción o al humor surrealista. Aun así, la experiencia global es más que satisfactoria. La estética retro de su diseño, su rejugabilidad gracias a las múltiples combinaciones de palabras y la posibilidad de escalar su dificultad lo convierten en un título imprescindible para cualquier persona aficionada a los juegos de mesa.
Cinco años después de su publicación, Pistas Cruzadas sigue siendo una de las mejores opciones para quienes buscan un party rápido, cooperativo y lleno de creatividad. Con un despliegue mínimo y una duración ajustada, logra implicar a todo el mundo y sacar lo mejor (y más divertido) del pensamiento lateral. Ideal tanto para reuniones familiares como para sesiones con amistades jugonas, es un título que ha demostrado en estos años que siempre se le puede dar un vuelta de tuerca más a los juegos de palabras.