9 de mayo de 2025
9 de mayo de 2025
FICHA
Autoría: Reiner Knizia
Ilustraciones: Jorge Tabanera Redondo
Editorial: Eclipse Editorial
Participantes: 3-5
Edad: +10
Tiempo: 30'
Precio: 19€
Complejidad: 1,7 / 5
Introducción
Res Publica es uno de los primeros diseños del prolífico autor Reiner Knizia. Publicado por primera vez en 1991, este juego de cartas centrado en el comercio y la gestión de mano regresa ahora con una edición renovada bajo el sello de Eclipse Editorial. En esta versión abandonamos las antiguas civilizaciones humanas para adentrarnos en un mundo de fantasía animal donde distintos clanes –gatos, zorros, perros, cuervos y tejones– luchan por prosperar.
El rediseño artístico de Jorge Tabanera Redondo no es sólo un lavado de cara: aporta un carácter propio que eleva el juego visualmente y lo convierte en un título familiar muy llamativo. Y lo mejor: mantiene la esencia del original haciéndolo ágil, accesible y sumamente rejugable.
Cómo se juega
En Res Publica cada participante empieza con cuatro cartas en mano y un único objetivo en mente: ser quien lidere a su clan hacia la civilización más avanzada y próspera. Para ello, deberemos formar combinaciones de cartas iguales y comerciar inteligentemente con el resto de contrincantes.
Durante nuestro turno, podemos realizar tres fases en orden: comerciar, progresar y reponer cartas. La fase de comercio es opcional, pero absolutamente central. Anunciamos qué carta queremos (por ejemplo, «quiero un zorro») y qué ofrecemos a cambio («doy un cuervo»), y el resto de personas responden si tienen lo que pedimos. Ahora bien, sólo se permite una ronda de propuestas por turno, y debemos decidir con quién comerciar (si es que alguien nos convence). Esta interacción genera mucha chispa, negociación e incluso algo de picardía alrededor de la mesa.
A continuación, llega la fase de progreso, también opcional. Aquí podemos canjear cinco cartas del mismo clan para fundar un asentamiento (que nos dará tres puntos al final y acceso a cartas de civilización), cinco cartas de civilización iguales para construir una ciudad (que nos aporta más puntos cuanto antes la construyamos), dos cartas de búho por un altar (siete puntos al final) o dos cartas de libro por una biblioteca (que reduce el coste futuro de las ciudades a cuatro cartas).
La tercera fase, robar cartas, es obligatoria. Robamos una carta de clan y otra de civilización por cada asentamiento que tengamos, con un máximo total de tres cartas por turno. Esta restricción obliga a optimizar nuestras decisiones constantemente.
La partida termina cuando se roba la última carta de civilización. Cada participante realiza un último turno y, finalmente, puede progresar una última vez. Se suman los puntos por cartas adquiridas y se otorga un punto extra por cada pareja de cartas iguales que conservemos en la mano.
Valoración y conclusión
Lo más destacable de Res Publica es lo bien que funciona gracias a su sencillez. La dinámica de comercio, simple en apariencia, se convierte en el eje de toda la partida, fomentando los equilibrios temporales entre cooperación y competencia. De hecho, el juego crece enormemente cuando todas las personas en la mesa participan activamente en la negociación, generando un flujo dinámico de trueques, pactos ocasionales y pequeñas tensiones que lo enriquecen notablemente.
Además, la emoción de ser la primera persona en construir una ciudad valiosa o asegurarse los preciados altares añade capas estratégicas muy interesantes. Cada turno fluye con agilidad, y la duración contenida de la partida refuerza una sensación de dinamismo continuo, donde cada decisión tiene peso y el ritmo no se resiente en ningún momento.
A esto se suma un rediseño gráfico sobresaliente. Jorge Tabanera Redondo ha dotado al juego de un estilo visual muy atractivo, perfecto para una experiencia lúdica en familia. Es más, toda la edición de Eclipse Editorial está muy cuidada: desde los iconos diseñados para facilitar la lectura de las cartas, hasta la presentación de las cartas de puntuación, pasando por la calidad de los componentes. El único pero sin importancia en la producción es el espacio vacío que queda en el interior de la caja entre los dos mazos de cartas –imprescindible para darle el formato alargado que tiene la caja–. Pero esto hace que si colocamos el juego en posición vertical en la estantería, el mazo de cartas de arriba siempre se descoloque por su propio peso. Lo bueno es que, si eres una persona perfeccionista y no quieres que esto suceda, basta con poner ahí un pequeño cartón para solucionarlo.
En definitiva, Res Publica es un ejemplo brillante de cómo un juego clásico puede revivir con fuerza gracias a una buena edición. Ofrece una mezcla de negociación, gestión y rapidez que lo hace ideal para sesiones cortas o como introducción a juegos más complejos. Idóneo como puerta de entrada al mundo de los juegos de mesa modernos o como filler con alma propia en cualquier colección, es un título que demuestra por qué Reiner Knizia sigue siendo uno de los grandes autores del diseño lúdico, aunque hayan pasado más de treinta años de su lanzamiento original.